México entre los peores países criminales
Así como se lee, México llego al cuarto lugar entre los países con mayor crimen organizado, en este ranking solo es superado por Colombia, Congo y Myanmar.
“Estos países están en conflicto y tienen Gobiernos frágiles que experimentan una vulnerabilidad aguda al crimen organizado”.
El ranking fue elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, una organización no gubernamental con sede en Suiza, esta se encarga de medir los niveles de crimen y acciones del gobierno en los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas.
“Las organizaciones narcotraficantes de México se encuentran entre los grupos mafiosos más sofisticados del mundo”, señala el reporte.
El reporte coloca a México en la sección de Mercados Criminales los que engloba trata, trafico de personas, armas, comercio de heroína, cocaína, cannabis, drogas sintéticas, delitos contra la flora, fauna y recursos no renovables.
En adición alerta sobre ataques a periodistas, que ocurren a la par con zonas de guerra.
“Los periodistas en México corren un mayor riesgo de ser asesinados que aquellos que se encuentran en zonas de guerra”, destaca.
Por delitos, la puntuación más alta es para el tráfico de armas, con 8.8 puntos, seguido del comercio de drogas, que incluye el de heroína, con 8.0; de cocaína, con 9.0; de cannabis, con 8.0, y el de drogas sintéticas, con 9.0.
El de tráfico de personas, con 8.5; la trata de personas, con 7.5, y los delitos contra los recursos no renovables, flora y fauna, con 7.5, 7.5 y 7.0, respectivamente.
“Las estrictas regulaciones fronterizas debido al Covid-19 interrumpieron las operaciones de tráfico en la frontera entre Estados Unidos y México, lo que resultó en menos víctimas, pero con un valor más alto. Sin embargo, las restricciones internas no han tenido un impacto significativo en el mercado interno de México, ya que los confinamientos se observaron de manera deficiente”, agrega.
En segundo lugar de mercados criminales aparece Colombia, el país con el mayor mercado de cocaína, que obtuvo 7.2 puntos. Nigeria, el tercer lugar, fue calificado con 7.05, seguido de Myanmar, también con 7.05.
Pese a que en México no es legal, señala el índice, uno de los mercados más consolidados en el país es el del comercio de armas, por lo que los cárteles de la droga compran armamento en Estados Unidos y las pasan de contrabando a través de la frontera.
“El inmenso flujo de armas ilícitas de Estados Unidos, junto con las granadas y los RPG-7 (lanzacohetes) de América Central y la fuga de armas de las fuerzas de seguridad internas corruptas, exacerba la violencia armada y el armamento criminal”, detalla.
En cuanto al tráfico de drogas, subraya que México sigue siendo el principal origen de la heroína y la mariguana consumidas en Estados Unidos, al tiempo que el consumo en ese país de analgésicos por la epidemia de opiáceos ha incrementado la producción de estas sustancias en el territorio mexicano.
“Los cárteles mexicanos también participan en la producción y el transporte de metanfetaminas y, cada vez más, de fentanilo”, indica sobre esta sustancia que en Estados Unidos está cobrando decenas de miles de vidas por año.
“El fentanilo y sus precursores se producen predominantemente en China, y los cárteles mexicanos importan y trafican los productos a Estados Unidos, aunque también se produce en el país”.
a resiliencia mide la capacidad de responder al crimen organizado con los componentes de integridad territorial, sistemas de lucha contra el lavado de dinero, capacidad de regulación económica, apoyo a víctimas y testigos, así como prevención y actores no estatales.
“Las deficiencias estructurales del sistema legal de México obstaculizan su capacidad para combatir el crimen organizado. Aunque el país ha ratificado una variedad de tratados internacionales y tiene numerosas leyes relacionadas con el crimen organizado, estas no se aplican bien y están paralizadas por la corrupción”, señala.
“México cuenta con una unidad de aplicación de la ley y una unidad judicial específicamente encargada de combatir el crimen organizado. Sin embargo, la corrupción, la ineficiencia y la falta de investigación de casos debilitan las estructuras para perseguir al crimen organizado”